sábado, 7 de agosto de 2010

7-8-10

No puedo más que pedir perdón por mi falta de regularidad de nuevas entradas en el blog. Prometo aprovechar los días de verano para poner al día mi historia.

Llevo varios meses intentando averiguar a qué se refería Roddy en nuestra conversación y no he encontrado nada. En otros casos tengo que seguir pistas; en éste no tengo absolutamente nada. Ninguno de los secuestradores tenía familia cercana y sus amigos nunca notaron nada diferente en ellos. En sus casas no había nada relacionado con lo ocurrido y sus ordenadores y cuentas de correo estaban limpias.

Y encima la policía no ha abierto ninguna investigación por la muerte de Roddy. Dicen que fue natural, pero lo que yo vi no era natural. En el momento en que se lo dije, me informaron de que los de arriba habían decretado que acabado el caso, acabada nuestra colaboración, así que me he quedado sin apoyo policial.

No es que me importe mucho, sigo teniendo a Mario para ayudarme, pero me preocupa que alguien importante pueda estar metido en el ajo, porque si es así podría meterme en un lío muy gordo.

De momento sigo igual que al principio.

sábado, 12 de junio de 2010

"La desaparición" 2ª parte Del 24-1-10 al 5-2-10

Lo siento, lo siento, lo siento. Sé que cuatro meses es mucho tiempo, pero espero que sigáis ahí.


24 de enero: Cincuenta esterillas, cincuenta niños.
He buscado en la base de datos de personas desaparecidas y he encontrado 49 niños de 6 a 13 años que han desaparecido en el último año, sin contar a Carlota, mi misión.
Siento miedo, miedo al motivo de estos sucesos. No puedo ni pensar para qué va alguien a secuestrar a 50 niños. Simplemente no lo entiendo.

25 de enero: hoy ha nevado, pero ningún padre ha permitido salir de casa a sus hijos para jugar con la nieve. Inevitablemente la prensa se enteró de lo ocurrido, y le faltó tiempo para divulgarlo a los cuatro vientos. Así han conseguido que cunda el pánico, pero al menos han puesto sobre alerta a todas las familias del estado, que ahora se andan con más cuidado.
Joe McRainold es ahora mismo el hombre más buscado del país. Todos los agentes están tras su pista y hay controles policiales en todas las calles. Además la ciudad está sellada, nadie puede entrar ni salir. Jaime y yo estamos registrando todos los sitios donde podría estar. Lo malo es que uno de los padres de los niños desaparecidos ha puesto precio a la cabeza de McRainold. Ese hombre ha visto muchas películas, porque, aparte de poner muchos ceros en la cifra, lo que provocará peleas entre los cazarrecompensas, ha escrito "vivo o muerto". Esto es una soberana estupidez, porque los muertos no hablan, a menos que los embrujes, y aun así sólo dirán lo que tú les digas.

27 de enero: hemos barrido tres cuartas partes de Road City, pero seguimos sin encontrar nada. ¿Dónde se puede esconder a 50 niños?

28 de enero: hemos recibido una llamada anónima diciendo que debíamos dejar de buscar porque lo que va a pasar es por el bien de todos. ¡Malditos pirados!
La llamada procedía de una cabina telefónica cercana a un teatro abandonado. No sé cómo ni cuándo se filtró esa información, pero mis compañeros de profesión llegaron allí antes que la policía. La mayoría de los cazarrecompensas que conozco, disparan primero y preguntan después, aunque el sujeto en cuestión parezca un poli. Durante el asalto al teatro, tuvimos 5 heridos, todos por disparos de locos que oyen "dinero" y cogen una pistola. Antes de llegar al sótano, ya habían muerto 3 de los hombres más belicosos con licencia de armas de la ciudad. Cuando nos libramos de este inesperado enemigo, bajamos al sótano. Estaban todos allí: los niños y 4 secuestradores, uno de ellos muerto. No ofrecieron mucha resistencia, simplemente gritaban que estábamos en un error, que esto era necesario, que sacarían a la luz la verdad,...
Carlota ya está con sus padres, igual que los otros niños.

29 de enero: ayer pensaba que esto había acabado con un final feliz, pero hoy me he dado cuenta de que se ha presentado un gran problema, los cazarrecompensas. Los que somos como yo somos necesarios; la policía no puede pretender solucionarlo todo estando del lado de la ley. Pero luego están los otros. Están completamente tarados, entregarían a su familia por la recompensas. Son ellos los que nos dan mala fama y son ellos los que han provocado que alguien de arriba quiera ilegalizarnos. Pero gracias a mis recientes actos junto a la policía, he podido sugerir una regulación del gremio: puedes unirte siempre que pases los controles. A partir de ahí revisiones psicológicas y médicas regulares, y todos contentos.

30 de enero: mi propuesta ha calado y van a debatirla. Pero ahora me intriga otra cosa: los secuestradores. Parecían muy convencidos de que hacían lo correcto, así que me voy a pasar por la cárcel a saludar.

2 de febrero: He conseguido que me dejen ver al cabecilla. Paso la transcripción de nuestra conversación.

-Hola, soy...
-Eres uno de los polis que nos detuvo. No me olvido de la gente que me apunta con un arma.
-No soy policía, soy cazarrecompensas, y sí, ayudé a los agentes durante el asalto.
-¿Y a qué has venido? ¿A insultarme como los demás? No creo que me puedas golpear con el cristal por medio.
-No, pero es normal que te pase eso. A la gente no le suelen caer muy bien los secuestradores de niños.
-¿Te crees que me gustó raptarlos? ¡Tú no sabes lo que es tener que despertarte todos los días pensando que esos niños no han dormido porque han estado llorando toda la noche! Y a veces yo también me echaba a llorar por lo que tendría que hacer.
-¿Qué tenías que hacer?
-Matarlos. A la vez.
-Pero tú mismo me has dicho que te compadecías de ellos, ¿Por qué ibas a matarlos? ¿Por qué?
-¡PORQUE ERA NECESARIO! ¡Porque la gente tiene que saber la verdad!
-¿De qué verdad hablas?
-Si te lo contara no me creerías. Por eso necesitábamos a los niños.
-¿Creíais que al matar a los niños llamaríais tanto la atención que la gente os escucharía?
-¡¡¡NO!!! ¡Jamás habría pensado siquiera en secuestrar y matar a una sola de esas criaturas para llamar la atención!
-¿Entonces?
-Íbamos a matar a los 50 niños simultáneamente para... sobrecargar el servidor.
-¿Qué?
-Ahora no tengo tiempo, ya se ha acabado el tiempo de visitas, pero si vienes mañana te lo contaré todo. ¡Ah! Y no le hables a nadie de este encuentro ni de lo que te he contado. Al menos de momento.
-Aquí estaré mañana.

Vuelvo más confuso que antes.

3 de febrero: esto es cada vez más extraño. No he podido volver a hablar con Roddy, el cabecilla de los secuestradores, por el simple hecho de que ha muerto. Ha sido cuando iba a entrar a la sala de visitas. De repente se ha caído y ha empezado a dar espasmos y a soltar humo, literalmente. Uno de los guardias le ha tocado y le ha dado una descarga que le ha quemado la mano. Además, de los otros dos secuestradores, uno está "desaparecido" y otro en coma por una paliza. Juraría que alguien se los está quitando de encima porque iban a contar algo importante.

5 de febrero: creo que ya sé por qué han eliminado a los secuestradores. Durante todo el caso he estado guardando mi diario en la PDA, que no tiene protección. Le he hecho un escaneo y he descubierto un acceso al archivo de audio de mi conversación con Roddy. Se lo han cargado por mi imprudencia. Él y sus amigos querían mostrar algo a la gente, quizás no de la mejor manera, pero con buena intención. Voy a investigar qué habían descubierto y voy a limpiar su nombre. Además voy a aumentar mis medidas de seguridad con mis diarios.

Espero que con la cercanía del verano pueda escribir más regularmente.

sábado, 20 de febrero de 2010

"La desaparición" Del 1-1-10 al 23-1-10

Pido mil y una disculpas a los posibles fans por hacerles esperar dos meses.


Paso a copiar las notas diarias que he ido tomando durante el transcurso de esta investigación.

1 de enero: como indiqué en la anterior entrada, ayer recibí un encargo: tengo que encontrar a una niña. Como no sabemos nada de las circunstancias, habrá que explorar todas las alternativas. Desapareció en el parque cuando estaba con su niñera, así que me he dirigido allí. Fue hace un par de días y ha llovido, por lo que no espero encontrar huellas; los niños juegan aquí todos los días y usan cualquier cosa como juguete; también hay perros. Creo que lo único que puedo hacer es estudiar las posibles situaciones. Su niñera dice que se sentó en un banco y se quedó dormida. Esto sería reprochable si no fuese porque nunca ha tenido problemas de sueño, no duerme durante el día, y porque le he visto un pinchazo en el cuello. Le he extraído sangre y se la he mandado a un amigo científico para que la analice.

2 de enero: antes de hablar conmigo, la familia avisó a la policía y puso carteles. Han recibido la llamada de alguien que vio a la niña. Es fiable, ya que la describió tal y como iba vestida el día de la desaparición. La sitúa en una tienda de comestibles a un par de manzanas del parque, con una persona no identificada. Esperemos que sea un buen samaritano que se la encontró perdida.

3 de enero: en la tienda no sabían nada (turnos distintos), y cuando les he pedido las cintas de seguridad me han dicho que tendría que esperar a que pidieran permiso al propietario. Me han dado ganas de lanzarme a su cuello, esa niña no puede esperar.

4 de enero: me han dado los resultados de los análisis de sangre de la cuidadora. Tenía secobarbital (Seconal), un barbitúrico que induce sueño. Cada vez me parece menos probable que la niña se perdiera.

5 de enero: después de dos días, el amable propietario de la tienda me ha dado los vídeos de seguridad. Se ve perfectamente a la niña, pero no a su acompañante, que le está comprando chucherías. Ni siquiera se si es hombre o mujer, por que lleva un gran abrigo de forro polar y una gorra. Y no puedo preguntarle a los empleados porque están de vacaciones en un retiro espiritual, y para cuando vuelvan ya no se acordarán. También he buscado por internet cómo se pueden conseguir los barbitúricos que le inyectaron a la niñera. Resulta que es un medicamento contra el insomnio y se usa como anestesia en cirugía, lo que eleva el número de sospechosos a muchos millones de personas.

6 de enero: esta mañana me he dado cuenta de que no se dónde, ni cuándo le suministraron la droga a la cuidadora. Y la mayor pregunta es ¿cómo? La he interrogado y me ha dicho que pensaba que le había picado una avispa en el parque. Si estaba sentada ¿cómo le inyectaron el secobarbital? Mi gran amigo Internet a vuelto a darme la respuesta: dardos, con ellos podrían haberle dado una dosis concentrada, y al pensar que era una avispa, se lo habría quitado de un manotazo. He ido al parque y ¡tachán! lo he encontrado. Me merezco un vaso de 0+.

7 de enero: estoy bastante esperanzado porque la suerte me sonríe. Primero, uno de los dependientes de la tienda se ha roto el brazo en su retiro y lo han traído a la ciudad. Le he interrogado en el hospital y aún se acordaba de la niña. Me ha informado de que era un hombre el que iba con ella, y que era blanco. Pero como llevaba una gorra y gafas de sol no ha podido contarme más. Más tarde me he enterado de que las armas de tranquilizantes están registradas. No son como las pistolas que por las balas puedes saber qué arma la ha disparado, pero reduce la lista de sospechosos a varones blancos, con acceso a barbitúricos y con una pistola registrada.

8 de enero: la familia quería saber cómo iba la investigación. Les he informado de todos los progresos y hemos hablado de las llamadas que han recibido. Un sinvergüenza les había llamado diciéndoles que tenían que pagar un rescate para que les devolviera a su hija. A la pregunta de cómo iba vestida el tipo colgó. Cuando se han ido, he rastreado la llamada del falso secuestrador, he ido a su casa y le he pegado una paliza.

9 de enero: no hay noticias y estoy confeccionando una lista con los posibles sospechosos de la ciudad.

10 de enero: sigo con la lista y sin saber qué más hacer.

11 de enero: me he pasado el día siguiendo a varios miembros de la lista que han dejado de ser sospechosos.

12 de enero: le he enviado la famosa lista a Mario, mi contacto en la policía, para que busque si alguno tiene antecedentes. No he descubierto nada salvo que un médico tiene dos familias.

13 de enero: cuando se espía a la gente se suele descubrir que las personas no son como parecen por fuera. Por ejemplo, un empresario de éxito que lleva una buena vida, se toma los barbitúricos para colocarse antes de ir a su casa. Otro va al médico simulando que tiene un fuerte insomnio y por la noche duerme como un bebé después de pasar el día vendiendo el secobarbital a drogadictos que no saben que está contraindicado para ellos y los alcohólicos.

14 de enero: mi amigo Mario está hasta arriba de trabajo, pero ha podido enviarme los antecedentes de una docena que han pasado a ser mis principales objetivos.

15 de enero: un tipo con antecedentes por agresión y escándalo público no ha aparecido por su trabajo en dos semanas y nadie sabe por qué. He ido a su casa y le he tirado la puerta abajo, pero no había nadie.

16 de enero: los amigos de Alfie Azou, mi sospechoso nº1, no sueltan prenda, y no tiene familia en las cercanías. Ahora mismo lo anda buscando toda la policía de Road City, que por si no lo he mencionado es donde vivo. En otro momento hablaré de ella.

17 de enero: han encontrado al bueno de Alfie. Los amigos no decían nada porque se lo habían llevado a Little Farm, un pueblo de las afueras, para celebrar Nochevieja, y creían que estaba muerto. Acabaron borrachos como cubas, y fueron por el pueblo metiéndose con la gente hasta que se encontraron con el equipo de fútbol. Todos consiguieron huir menos Azou, y le pegaron lo de todos. Cuando los del hospital vieron su cara por las noticias llamaron a la policía.

18 de enero: tengo que recuperar los días que he perdido investigando a Alfie Azou.

19 de enero: vuelta a la rutina de la lista. Hay momentos en que ni siquiera me acuerdo de por qué lo hago, pero luego pienso en la chica y en sus padres y trabajo más duro.

20 de enero: estaba siguiendo a un vendedor de cuchillos, ya que el anterior me había descubierto grabándole, cuando me ha sonado el móvil. Era Mario y estaba bastante exaltado.
-No te lo vas a creer Mike.
-Dime lo que sea, estoy con el 34 de la lista.
-¡El 34! ¡Mike, el 33 tiene antecedentes por secuestro y abuso de menores!
Le he colgado sin muchos miramientos y me he puesto a correr hacia el trabajo de Joe McRainold, el 33.

23 de enero: resumo lo que ha pasado en estos tres días. Llegué a la farmacia donde trabaja, me reconoció, me vio el arma, me tiró encima una caja de pruebas de embarazo, salió corriendo, le perseguí, corrió entre los coches, uno me atropello, robó un coche y suerte que me dio tiempo de hacerle una foto a la matrícula y enviársela a Mario. En dos minutos vino un coche patrulla y el oficial de mayor rango me informó de que McRainold estaba en busca y captura y de que les tenía que acompañar. En la comisaría me recibió Mario. Me llevó con el comisario que, en pocas palabras, me pidió ayuda. Les conté todo lo que sabía y, sabiendo la respuesta de antemano, me ofrecí a trabajar junto a la policía. Me dieron hasta una placa. Después me encontré con Jaime Guerra, otro gran amigo, que me contó que lo habían ascendido a jefe del grupo de operaciones especiales. Nos llegó el aviso de que habían encontrado el coche frente a un almacén. Cogí un M4 y le pedí a Jaime que reuniera a su equipo. Asaltamos el almacén y nos encontramos el edificio vacío. Bajamos al sótano y vimos una cincuentena de esterillas en el suelo y una sala llena de conservas. Salimos por la puerta de atrás y observamos las marcas de ruedas en el suelo. Había por lo menos tres vehículos.

Seguiré editando para completar los días que faltan.